jueves, 10 de diciembre de 2015

Homilía en el 6º Día de la semana de Oración por la Unidad de los Cristianos "Escuchen lo que he soñado". El resto de la Celebración la tiene el profesor

Queridos Herman@s en la Fe:
Continuamos reflexionando y acercándonos a la Palabra de Dios, dentro de esta semana de oración por la Unidad de los Cristianos, enmarcada en el Año Santo de la Misericordia que estamos celebrando. Un Año Santo, para vivir la misericordia. Un año que se nos ha ofrecido para experimentar en nuestra vida el toque dulce y suave del perdón de Dios, su presencia al lado de nosotros y su cercanía, sobre todo en los momentos de mayor necesidad. Un Año Santo, Hermanos, que no solo se vive en la Iglesia Católica, porque la misericordia tiene un valor que sobrepasa los confines de la Iglesia. Nos relaciona con el judaísmo y el Islam. El jubileo invita a un diálogo con otras religiones que permitan conocer mejor y comprendernos para eliminar de este modo cualquier forma de violencia, menosprecio y discriminación.
Hoy, en este sexto día de la semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, tenemos por título: “Escuchen lo que he Soñado”.
En la Primera Lectura, del Libro del Génesis, como José tiene un sueño que es un mensaje de Dios. Este sueño, José lo comparte con sus hermanos, pero ellos reaccionan con rabia y violencia, porque aceptar que José ha tenido este sueño, es humillarse ante él. Después de pasar una hambruna tienen que postrarse ante su Hermanos, pero no lo hacen como motivo de deshonra o humillación, sino que es un acontecimiento de reconciliación y gracia.
El sueño de José, revela como es la vida en el Reino del Padre. Es una visión, sin duda alguna de Unidad. Muchas veces tenemos como miedo hacer la voluntad de Dios, como los hermanos de José, tenemos miedo a perder algo; pero todo lo contrario, no hay que tener miedo, Dios nos hace la invitación de encontrarnos con los hermanos que habíamos perdido y volver hacer una familia.
El ingrediente esencial para esto, lo vemos en la segunda lectura y es el amor. Este ingrediente, cuando lo compartimos con los demás, se hace visible y palpable la realidad de la Unidad. Esto hermanos hay que llevarlo a la oración diaria y hacer que se encarne en nuestra propia vida.
Hagámonos una pregunta a raíz del Evangelio ¿hay cosas que Jesús hizo y que podrían escribirse en ese libro que no se escribirá jamás? Pedro se preocupa de unos y otros y olvida realizar su propio “Sígueme”. ¿Nos pasa también a nosotros eso? Creo que sí hermanos.
Mucho se ha escrito sobre el Ecumenismo, pero la Unidad que Dios quiere para nosotros, va mucho más allá de lo que podamos expresar con palabras o escribir en libros.
Es bueno que soñemos esa Unidad que Dios quiere para todos sus hijos e hijas, es bueno, pero vamos hacer una cosa y es que ese sueño lo podamos hacer realidad. El primer paso ya lo estamos dando esta semana y es Orar, orar por todos nuestros hermanos. Este es el mejor regalo que le podemos hacer a Cristo y a la Iglesia.

Que así sea.

(El resto de la Celebración la tiene el profesor)

No hay comentarios:

Publicar un comentario