Introducción a la Teología Ecuménica
El autor de nuestro manual de estudio, JOS E. VERCRUYSSE, afirma que el compromiso ecuménico tiene sus raíces en la conciencia viva del escándalo objetivo que supone la división entre cristianos y sus iglesias. La historia de las iglesias cristianas manifiesta que siempre ha habido un malestar por esta situación anómala. De este escándalo se ha ido tomando más conciencia desde finales del siglo XIX. El movimiento ecuménico tiene como principal objetivo el hacer consciente y buscar las vías adecuadas para restablecer la comunión eclesial.
El objetivo ecuménico es utilizado en dos sentidos.
El primero, antiguo y tradicional en el lenguaje eclesiástico. El segundo,
nuevo aunque ya generalizado. Ecuménico significa, la universalidad y
catolicidad externa de la iglesia.
La palabra ecumenismo abre, por consiguiente, un
vasto horizonte de reconciliación, unidad y catolicidad entre las iglesias escandalizadas
por su separación. El movimiento ecuménico tiene un fuerte acento misionero y
aquella persona que lo quiera recorrer será una gran aventura en esa búsqueda
de establecimiento en la comunión eclesial.
Geografía de la división
El autor en el capítulo primero del manual nos
muestra un resumen de la historia de la división de las iglesias cristianas,
siguiendo su discurso, nosotros nos situaremos en las antiguas iglesias
orientales hasta llegar a los movimientos surgidos en el siglo XX en favor de
la unidad.
Comenzamos en la historia de la cristiandad. En la cristiandad
grecolatina, surgen iglesias orientales que subsisten hasta nuestros días, pero
que están separadas de las grandes iglesias. Un ejemplo la Iglesia
romano-bizantina. Las causas de ruptura se dieron quizás por un aspecto
cultural, político, nacional o lingüístico. Teológicamente hablando realmente
el origen estuvo en el esfuerzo de la Iglesia Antigua por lograr una comprensión
y formulación satisfactoria de la doctrina sobre entre la persona y las dos
naturalezas en Cristo. Toda esta cuestión cristológica domino en los primeros
concilios.
Todo lo que se cuestionó, llevo al origen de las
iglesias nacionales. Unas iglesias que entorno al siglo XV sufren opresión y
martirio. Gracias al movimiento ecuménico, las iglesias
ortodoxas orientales han podido salir del aislamiento y entrar en contacto con
la comunidad ecuménica.
En 1.973, surge un diálogo entre la iglesia católica
y la iglesia ortodoxa copta, con ocasión del encuentro con el Papa Pablo VI,
donde se estudió los caminos para llegar a una plena comunión y la vida
sacramental, asi como en una armonía de
relaciones reciprocas entre las dos iglesias hermanas dentro del único pueblo
de Dios.
En 1.990, en un diálogo entre la iglesia católica y
la Iglesia Sirio malankar, elaboran una declaración conjunta, que expresaba la
comprensión común del gran misterio salvífico de Nuestro Señor Jesucristo,
palabra de Dios hecha carne. Se profesa una misma fe y se deja claro que aunque
la formulación cristológica tenga distintos acentos, no debe dividir a ambas
comuniones.